1909-1995
El Dr. Francisco Grande Covián nació en 1909 en Colunga, Asturias, en una familia de médicos. Solía decir que fue médico por herencia genética. Estudió medicina en Madrid e hizo estudios especiales en el campo de la fisiología y nutrición en Friburgo y Copenhague. Después de una estación en Londres y durante la guerra civil española, tuvo ocasión de trabajar en Madrid, en las enfermedades carenciales, especialmente la pelagra. Grande Covián describió por primera vez la existencia de esta enfermedad carencial sin estar asociada al consumo de maíz. Estudió también en dicha época el problema del latirismo debido al consumo de almortas (lathirus sativus). Durante esos cuatro o cinco años hizo numerosos estudios epidemiológicos sobre el hambre, los cuales influyeron seguramente en su vocación por los estudios de la nutrición. Su dominio de la bioquímica y la fisiología hicieron que Grande uno de los investigadores de la nutrición de categoría excepcional.
Alguien ha dicho que «investigar es ver lo que todos ven y pensar lo que los demás no han pensado». Entre los innumerables trabajos publicados por Francisco Grande Covián destacan los que se refieren a la composición corporal, gastos energéticos, obesidad, grasas y ateroesclerosis.
En 1941 trabajó en el Instituto Nacional de Higiene de los alimentos de Madrid donde participó en trabajos sobre las vitaminas para la Fundación Rockefeller.
En 1952 fue profesor agregado en la Universidad de Minesotta y junto a Keys y Anderson desarrolló uno de los trabajos más trascendentales en el campo de la Relación dieta/colesterol sanguíneo. Otra área de interés fue el estudio del fenómeno de la adaptación al consumo energético.
En un experimento realizado en USA. 32 jóvenes voluntarios (objetores de conciencia). Fueron sometidos durante 24 semanas al consumo de una dieta, cuyo valor calórico (1.570kilocalorias por día). Era aproximadamente 45% del de la dieta habitualmente por ellos consumida (3.492 calorías por día), al cabo de las 24 semanas los sujetos habían perdido por término medio un 24% de su peso inicial pero la pérdida de peso cesó indicando que los sujetos se habían adaptado a la restricción dietética y eran capaces de mantener su peso inicial consumiendo una dieta cuyo valor calórico era solo de un 45% del de su dieta habitual.
«Dentro de ciertos límites- decía el grande Covián- es pues posible adaptarse a la restricción calórico y es de interés conocer los mecanismos que nuestro organismo pone en el juego para defenderse del déficit calórico. El análisis de los datos del experimento que acabo de mencionar, y de otros experimentos posteriores en nuestro laboratorio. Permite una elaboración aproximada de los distintos factores que intervienen en la adaptación «.
Regresó de USA a España en 1973, y continuó trabajando en la cátedra de bioquímica en la Universidad de Zaragoza.
Un aspecto sobre el cual Francisco el Grande Covián nos ha dejado un legado ejemplar es el de las historia de la ciencia de nutrición, no hay trabajo del Grande Covián que no tenga una introducción histórica como marco de referencia. En las clases y conferencias necesitaba tener a sus espaldas un gran pizarrón donde anotar los nombre de las personas que iría citando a lo largo de su charla, esto las hacía no solamente más atrayentes sino también le daba mayor seguridad a la exposición.
Francisco Grande Covián fue uno de los últimos profesores «de los de antes» que frente a sus alumnos sabía transmitir no sólo conocimiento sino un caudal inmenso de humanidad, envuelto en la risueña humildad que siempre le acompañó.
El Dr. Grande Covián, falleció en Madrid en 28 junio de 1995 y recibió grandes homenajes de la colectividad española e internacional. Fue sin duda uno de los científicos más importantes del siglo XX. Como dijo uno de sus amigos el Dr. Gregorio Varela: «El Dr. Grande Covián fue el hombre más bueno y más listo que he conocido».
Referencias Bibliográficas:
Fundación CAVENDES. «Alimentación y Nutrición. Personas e Instituciones«. Notas para su Historia en Venezuela., Caracas 1998.