Academia detoxificacion del emetico. Con J.A. O’Daly. Rev. Nacional de Medicina. Caracas (1945).
RESUMEN
- Se ha realizado un trabajo experimental en conejos sobre la toxicología del emético (sal potásica) en el cual se han usado 88 animales.
- La dosis letal para 75% de los animales tratados 3 veces por vía endovenosa y en solución al 1% de emético se estableció en 10 mgs. por kilo de animal.
- Esta misma dosis de 10 mgs. kg. no fue suficiente para matar ningún animal cuando se usó una solución al 1/250 en vez de la solución tal 1% de emético y la misma vla.
- Tampoco fué letal para los conejos la dosis de 10 mgs/Kg. de emético cuando se asoció al Sulfato de Atropina siempre que la dosis de este alcaloide fuese superior a 0,2 miligramos por kg. de peso de conejo.
- La acecolina no tuvo el mismo efecto que la atropina.
- La adrenalina elevó la toxicidad del emético.
- Las lesiones encontradas en las intoxicaciones agudas con emético a dosis letal para el 75% de los animales fueron graves, y predominaron en los pulmones en el bazo y en el hígado. Menos lesiones hubo en los riñones.
- Resaltamos una acción antagónica fisiológica entre el emético y el sulfato de atropina.
Es de extremo interés el estudio de los derivados del Antimonio, especialmente del Tartrato de Antimonil-potasio (Emético), en el sentido de la acción tóxica de estas sustancias sobre el organismo. A este respecto llama la atención la escasez de datos relativos a la toxicología, farmacología, y a la anatomía patológica en los procesos tóxicos determinados en el hombre o en los animales por el uso de tan importante agente terapéutico. Este hecho probablemente se debe a que los derivados del Antimonio se usan con mayor frecuencia en los países tropicales, donde son escasas las instituciones dedicadas a este género de estudios.
La propiedad terapéutica del Antimonio se conoció gracias a su efecto emetisante, y sólo en 1006 fué que Nicolle lo usó como parasiticida.
Plimmer y Thomson, Mesnil y Brimont revelaron la acción parasiticida del Antimonio sobre los Tripanosomas en 1907-1908. A partir de esta fecha se multiplicaron las investigaciones, siendo ya hoy numerosas las combinaciones del Antimonio ensayadas con fines terapéuticos. Sin embargo, puede decirse que todavía no se ha solucionado el problema de la antimonioterapia, aunque se hayan multiplicado sus indicaciones. En algunos casos vale la pena recordar el decir de los pacientes: «Peor es el remedio que la enfermedad».
El valor terapéutico del Antimonio se ha comprobado en muchas enfermedades tropicales; pero también los inconvenientes de la antimonioterapia, sobre todo en lo que respecta a la poca tolerancia que presentan ciertos enfermos y a los accidentes inmediatos o remotos determinados por el uso del medicamento.
En Venezuela la antimonioterapia es de uso muy frecuente, pues la Leismaniosis, Schistosomiasis Mansoni, Granuloma venereo, Enfermedad de Chagas, Enfermedades de Nicolás y Fabre, son procesos de observación frecuente y que contribuyen a diezmar nuestra población, en los cuales la terapéutica con el Antimonio es de gran valor y en algunos casos agente curativo.