El doctor Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913 de la unión de Francisco Convit y Martí, inmigrante catalán, y Flora García Marrero, venezolana.
El 19 de septiembre de 1932 empezó sus estudios en la Escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela. Cinco años más tarde recibió el título de Bachiller en Filosofía, y optó por el título de Doctor en Ciencias Médicas presentando el trabajo «Fracturas de la Columna Vertebral» en 1938.
Sin embargo, su experiencia en el área sanitario-epidemiológica empezó un año antes cuando siendo aun estudiante fue invitado por Martín Vegas, profesor de dermatología en la Facultad de Medicina, y Carlos Gil Yépez a visitar la leprosería de Cabo Blanco ubicada en el departamento Vargas del Distrito Federal. Una vez que se graduó fue designado médico residente de esa leprosería, donde trabajo entre los años 1940 y 1943.
Se desempeñó además, como director ad honorem de la Cruz Roja en La Guaira. Siempre se sintió conmovido por la estigmatización sufrida por los pacientes que sufrían de lepra, y trabajó por y con ellos.
Hasta 1942 su lucha consistió en el aislamiento y tratamiento de los enfermos en los llamados «leprocomios» que dependían de la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). Posteriormente, fue médico director de las leproserías nacionales, luego médico director de los Servicios Antileprosos Nacionales, y después médico jefe de la División de Lepra, con lo cual tenía la responsabilidad organizar toda la red nacional de lucha contra la lepra.
Su vida la dedicó a la investigación científica. Siendo uno de sus mayores logros el desarrollo de la vacuna contra la lepra en 1987. Además, aportó valiosos avances al conocimiento de otras enfermedades infecciosas, como la leshmaniasis logrando también crear una vacuna.
Los últimos años de su vida los dedicó el Dr. Convit a conseguir la cura contra el cáncer. «No me quita el sueño ganar el Premio Nobel, pero si hallar la cura para el cáncer», llegó a afirmar. Su último estudio lo publicó en 2013 a la edad de 100 años.
Su dedicación y esfuerzo a la ciencia médica fue reconocido por el mundo en 1988, cuando fue postulado al Premio Nobel de Medicina. Adicionalmente, fue Director del Centro Colaborador para Referencia e Investigación en Identificación Histológica y Clasificación de la Lepra (OMS) desde 1971, miembro del Consejo de la Facultad de Medicina a partir de 1973 y del Sistema de Promoción del Investigador en 1994; y recibió el Premio José Gregorio Hernández en dos ocasiones, la medalla Federación Médica Venezolana en 1987 y la medalla «Salud para todos en el año 2000» por parte de la Organización Panamericana de la Salud, así como el premio Príncipe de Asturias y la Legión de honor en Francia.
La comunidad cientifica de la salud pierde un excelente médico y mejor investigador. Ante su partida debemos celebrar y honrar su vida dedicada a trabajar incansablemente por la salud de los venezolanos.
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